sábado, 3 de noviembre de 2012

EL ASPIRANTE A MASÓN

De la serie, Madrid en tacones o por qué conozco tanto loco, llega la primera historia de una serie que contaré por aquí. Son anécdotas que me llevaron a acuñar el término "Hombres lácteos" que ya leyeron hace tiempo en estas líneas. Algunas de estas historias ya las enuncié en el post que hablaba sobre este tipo de hombre, pero las estoy desarrollando para ver si por fin escribo el libro que todas mis amigas me piden. Sólo recordaré que el hombre lácteo es el que tiene fecha de caducidad próxima, no importa qué pasó con él o cómo lo conociste... ese hombre desaparece. Si quieres saber más sobre lo que es un hombre lácteo, lee el post, mientras yo contaré la primera historia:

EL ASPIRANTE A MASÓN

Por más que podáis  pensar que esta historia que leeréis es producto de mi imaginación, que podría, no lo es.  Esta historia me ocurrió hace unos 6 años, estaba recién llegada a Madrid y me había inscrito en una de esas páginas para conocer gente en la web. Ya  sé que diréis que estoy loca, pero pensé que si yo era una persona normal (o bastante normal) pues que podría haber más gente normal inscrita allí. Pues no, debo decir que  ninguno de los hombres que conocí allí eran normales o querían una relación (amistad o pareja) normal. El primero de los casos del que quiero hablarles es digno de un estudio  psicológico, y ya veréis que no exagero.


T, parecería un hombre totalmente inofensivo. Era caballeroso, tímido y ciertamente no del tipo físico que me gusta. Sin embargo, decidí que igual me iba a dar la oportunidad de conocerlo, parecía un buen chico y para “bichos malos” ya tenía yo la lista completa, o eso creía…

La verdad me llevaba muy bien con él, salíamos a tomar algo o a comer y todo iba bastante bien. Era una persona con la que se podía hablar de cualquier tema. Tenía educación y cultura y aunque  la verdad seguía sin despertar ni un mal pensamiento en mí, decidí que debía intentarlo.

Un jueves, después de 1 mes y medio saliendo aproximadamente, quedamos para cenar  en mi casa porque como había sido su cumpleaños quise prepararle la cena. Mis amigas que ya lo conocían, me acompañaron hasta que llegó la hora en que él debía llegar; las 9:30 pm. Me arreglé y comencé a esperarlo, me dieron las 10 esperando y decidí llamarlo, el teléfono salía apagado. Me extrañó mucho porque normalmente siempre estaba disponible en su móvil. A las 10:30 realmente estaba preocupada. T no era el tipo de hombre que te dejaría esperando, y su móvil seguía saliendo apagado. Crei que le había pasado algo. Me dormí casi a las 12 am, sin tener noticias de él y ciertamente preocupada.

A las  10 am de la mañana siguiente llegó un ramo de rosas de una floristería de las más caras de Madrid. Eran una rosas preciosas. Traía una tarjeta de T. pidiéndome disculpas porque le había surgido un imprevisto. Yo le creí. Hasta ese momento se había portado muy bien conmigo, así que no tenía porque no hacerlo. Todo continuó normalmente salimos otra vez y hablamos como hasta ese momento. T, decía que estaba loco por mí y yo me sentía halagada y segura.

El jueves siguiente quedamos para salir otra vez….y volvió a pasar lo mismo. Yo no lo podía creer. T que era un caballero, T y sus rosas, T no podía hacerlo otra vez. Y fue igual, me dejó esperando,  esta vez sin contestar el tlf y luego ya salía apagado. Obviamente,  lo llamé al día siguiente para pedirle una explicación.

Lo argumentado por el sujeto no tuvo  desperdicio: se excusó diciendo que  como yo era católica y él estaba aspirando a ser masón, los masones no querían que saliera conmigo. Le dije: ¿Perdón? Y continuó: que él creía que le tenían intervenido el móvil y que cada vez me llamaba para quedar, los masones lo llamaban para tener una reunión secreta.

Se podrán imaginar mi asombro, primero no me salían las palabras, luego le dije que él no estaba loco por mí, sino que estaba loco completo y que le diera las gracias a los masones de mi parte por quitármelo del camino.

Éste mínimo tenía esquizofrenia, veía masones que lo alejaban de mí ¡Oh pérfida mujer católica!, pero por favor, ¿por qué a mí?. 

2 comentarios:

Rafael Elizalde dijo...

Jajajajajajaj!!! Ya me acordé de ese cuento!!! Será que lo llamaron para actuar en El Código Da Vinci? jajajajajaja

Lucia dijo...

Esto me ha hecho reir mucho, amiga. Que recuerdos!